La adicción de su hijo a los medicamentos recetados empezó con unas pastillas que él encontró en casa
por Michelle Carl
Sandra Chavez guardaba el Vicodin en su cocina. Lo guardaba en el botiquín, junto al Tylenol. Después de un procedimiento médico, como una intervención quirúrgica o una endodoncia, ella guardaba los medicamentos que no había utilizado, por si acaso los necesitaba. Pero si ella hubiera conocido el peligro en ese momento, se habría deshecho de los medicamentos, porque fue el principio de la adicción a los medicamentos recetados de su hijo adolescente Jeff.
“No hice la conexión”, dice Sandra, quien recalcó a sus hijos los males de las drogas ilegales y el alcohol. “Uno no cree que su hijo vaya a convertirse en un adicto [a las pastillas recetadas]”.
Jeff Chávez era inteligente y artístico, con unos ojos oscuros y enternecedores. Le encantaban la ciencia y su iguana. El era callado, aunque su madre dice que la gente se sentía atraída por él por su carácter sensible.
El verano después de cursar el noveno grado, un grupo de adolescentes desconocidos atacó por la espalda al estudiante de Elk Grove High School. Quedó inconsciente y perdió algunos dientes y se le rompió la mandíbula. Él tenía la mandíbula inmovilizada con alambre quirúrgico y sufría con mucho dolor, por lo que su dentista le recetó Vicodin.
“La vida nunca volvió a ser la misma”, dice Sandra.
El acceso en el hogar a potentes analgésicos recetados puede resultar en abusos por parte de los adolescentes, y sin mencionar las intoxicaciones accidentales en niños pequeños y ancianos.
Según un estudio de 2018 del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, los adultos jóvenes de entre 18 y 25 años tienen las tasas más altas de abuso de medicamentos recetados y donde ese abuso a menudo conduce a tasas más altas de abuso de drogas ilícitas. Un estudio reciente de Stanford ha revelado que el abuso en el consumo de medicamentos recetados es mayor entro los adolescentes de 12 años de edad o mayores que el de cualquier otra sustancia ilegal. Los estudios también han demostrado que los adolescentes y los padres creen erróneamente que los medicamentos recetados son más seguros que las drogas ilegales. Pero la realidad es que el abuso de estos fármacos puede ser igual de dañinos y mortales.
Sandra descubrió por primera vez la adicción de su hijo a los opioides recetados después de que lo detuvieran por posesión de pastillas recetadas que no le pertenecían. Jeff tenía 21 años de edad, trabajaba en una empresa de servicios públicos y ganaba $80,000 dólares al año. Pero nunca tenía dinero: se le iba en comprar pastillas.
Tras su detención, confesó a su familia que durante la High School él comenzó a consumir el Vicodin, el cual se encontraba muy fácilmente en su casa para lidiar con la ansiedad social.
“Él tenía encanto e ingenio, y era muy querido. Se le consideraba un chavo buena onda, pero sin embargo privadamente estaba pasando por esta confusión”, dice Sandra.
Su familia le ayudó a recibir tratamiento en varias clínicas para su adicción a los medicamentos recetados. Pero después de que Jeff abandonara otro programa antes de terminarlo, Sandra cortó los lazos con su hijo menor.
“Él era una bella persona y le robaron su belleza”, dice. “Le robaron la salud”.
El consumo de drogas de Jeff había escalado hasta la heroína. Contrajo hepatitis y SARM por vía intravenosa. La siguiente vez que Sandra vio a su hijo, él estaba en un hospital de San Francisco, con los órganos destrozados por la infección. Estaba en diálisis y tan sedado que no pudo hablar con él. Murió de un fallo multiorgánico el 7 de junio de 2012, a los 24 años.
“Esta es la cruda realidad”, dice. “Esto es lo que pasa”.
Aunque siente el dolor de la muerte de su hijo todos los días, ella se esfuerza por contar su historia a todos los que puede, incluidos padres, estudiantes y profesionales de la salud. Ella insta a la gente a guardar sus medicamentos en una caja fuerte, pero desearía que hubiera una forma más fácil de sacar los medicamentos de la casa.
“Una vez que el doctor lo receta y un farmacéutico lo dispensa, el medicamento sale a la comunidad, y tiene que haber alguna forma de que vuelva a manos seguras”, afirma Sandra.
Para evitar que sus medicamentos sean usados erróneamente de forma intencionada o accidental, encuentre un contenedor para la recuperación segura de medicamentos cercano a usted en medtakebackcalifornia.org.
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