por Anne Stokes
Modelos de conducta: cómo las mujeres latinas ayudan a otras a reconocer el poder que tenemos
Cuando Kamala Harris pronunció su discurso de victoria en noviembre de 2020, millones de mujeres y niñas de color vieron algo que nunca habían visto: una líder en la Casa Blanca que se parecía a ellas.
“Aunque sea la primera mujer en este cargo, no seré la última”, dijo la primera mujer estadounidense en ser elegida vicepresidenta. “Porque todas las niñas que presencian esta noche ven que este es un país de posibilidades”.
Y la afirmación de Harris trae mucha verdad. Los medios de comunicación y la representación desempeñan un papel importante en la formación de las esperanzas y los sueños para el futuro de los niños. Un estudio realizado en 2018 por el University College de Londres descubrió que niños de tan solo 7 años basan lo que quieren ser de mayores en quiénes y qué ven a su alrededor: el 36% fue formando sus objetivos en función de las personas que conocían. Otro 45% de los niños se vio influenciado por lo que vio en la televisión, en las películas y escuchó en la radio.
Por desgracia, las niñas y las jóvenes ven pocos modelos de conducta en una amplia gama de carreras, como la ciencia, los negocios empresariales y la política. Para las niñas y las jóvenes de color, esa selección de modelos de conducta es aún más escasa.
En el recuento del Censo de 2020, la población hispana o latina de California representaba casi el 40% de la población del estado, constituyendo por primera vez el grupo racial o étnico más numeroso. Los defensores de Communities for a New California Education Fund quieren que las latinas comprendan el poder que puede suponer estar bien representadas.
“Incluso cuando analizamos el grupo de (votantes) latinos, suele haber un 54% a 46% más mujeres latinas votando que hombres latinos. Cuando oímos hablar de un distrito de mayoría latina, tenemos que pensar en una mayoría de mujeres latinas, tenemos que pensar en el poder de las latinas”, dice Samantha Valadez, directora de campo del CNC. “Las mujeres latinas son el bloque de votantes más poderoso de California y es importante que las jóvenes y las mujeres latinas lo vean y sepan para reconocer el poder que poseemos”.
Aunque muchos votantes descartan las elecciones locales, la política local es la que más repercute en la vida cotidiana de los ciudadanos. Las cuestiones relativas a la financiación de las fuerzas de seguridad, la educación pública, la vivienda asequible y las infraestructuras críticas, que proporcionan agua potable, por ejemplo, todas competen a los gobiernos locales y están en deuda con los votantes locales.
Para ayudar a las latinas a amplificar su voz, el CNC trabaja dentro de las comunidades para educar a la gente sobre el funcionamiento de los gobiernos locales y ofrecerles formación para mostrarles cómo organizarse y hacer que esos organismos públicos se ocupen de los asuntos que les importan.
“Mediante la organización fundamental que hacemos, formamos estos comités de barrio”, explica Valadez. “La mayoría de las personas que componen estos comités son mujeres latinas. A través de estos comités, podemos poner los temas que ellas aportan como una prioridad para el trabajo que estamos haciendo en el CNC”.
“Son proactivas y nos ayudan a analizar los problemas de sus barrios y a organizarse en torno a ellos para conseguir cambios en las zonas en las que viven”, añade Valadez. “Están muy involucradas en el funcionamiento de la política local. Las formamos para que asistan a las reuniones de los ayuntamientos y a las del consejo municipal, para que den un paso más y brinden una opinión pública, y después para que formen y preparen a otras mujeres para brindar su opinión pública. Estamos muy implicadas en la participación en el proceso político local”.