Por Edgar Sánchez
Las toxinas del lago Salton la estaban enfermando: cómo una joven del valle Imperial ayudó a convencer a los líderes del estado para que tomaran medidas.
A finales de 2019, Ana Yaretzi García recibió la noticia: una audiencia pública sobre la calidad del aire, un tema que para ella es crítico, se celebraría en Sacramento.
Para Ana, que entonces tenía 6 años, no importaba que la capital de California estuviera a 545 millas de su casa de Salton City, en el condado Imperial: tenía que estar en la reunión, por muy lejos que estuviera. Pidió a sus padres que la llevaran.
Y así es como Ana llegó a hablar de la horrible contaminación del aire asociada al moribundo lago Salton, el mayor lago de California, en una audiencia de diciembre de 2019 de la Junta de Recursos del Aire de California (CARB) en Sacramento. Su testimonio es parte de la razón por la que, en 2022, el estado dio prioridad a abordar esta crisis ecológica.
Entre otras cosas, Ana dijo al CARB que el aire de Salton City es tan malo que ella y sus amigos a menudo no pueden salir.
“El aire tiene bacterias y nos enferma”, dice Ana, e indica que ella y muchos vecinos tienen reacciones alérgicas a las fétidas toxinas del aire que emanan del lago Salton, sin salida al mar, ubicado a pocos kilómetros de distancia.
Con el doble de superficie que el lago Tahoe, el lago Salton se creó en 1905 por accidente: un canal de riego que transportaba agua del río Colorado se rompió, enviando el agua a una zona baja conocida como la depresión de Salton. Según los historiadores, el río fluyó sin obstáculos durante 18 meses hacia la depresión del terreno. El nuevo lago llegó a tener 15 millas de ancho y 45 de largo y proporcionaba agua para la agricultura.
A mediados del siglo XX, el resplandeciente lago Salton atraía a innumerables turistas. Los vertidos de las granjas mantenían el lago lleno, pero también lo contaminaban con productos químicos. En la década de 1970, el lago empezó a reducirse y la contaminación se condensó, provocando la muerte de aves y peces. Durante décadas, los problemas se agravaron y los turistas desaparecieron.
A medida que el lago Salton retrocede, su lecho lacustre en ruinas se ha convertido en polvo seco que, en los días de viento, se arremolina a lo largo de kilómetros en el desierto que lo rodea.
Ana, que cumplirá 9 años en agosto, estaba sana cuando su familia se trasladó, en mayo de 2016, a Salton City, una ciudad de unos 6000 habitantes. Poco después, empezó a experimentar graves síntomas de alergia: se le hinchaban los ojos y lagrimeaban, y tenía una congestión nasal similar a la de la gripe.
Más tarde, su piel color bronce se volvió pálida.
Amor García, la madre de Ana, no sabía cuál era la causa de los síntomas de su hija. “Me sentía triste y desconcertada”, dice García.
Resultó que Ana no estaba sola. Cuando comenzó el jardín de infantes en 2017 en la escuela primaria Sea View de Salton City, muchos de sus compañeros tenían los mismos síntomas, o peores.
Otros padres, y los médicos que examinaron a Ana, señalaron al lago Salton como la causa.
La madre de Ana se quedó atónita. “Cuando mi marido y yo compramos nuestra casa en Salton City, no sabíamos que existían estos problemas”, dice García.
Por ahora, ella y su marido, Juan, no pueden trasladarse. Propietarios de un pequeño negocio, están anclados en Salton City. También carecen de fondos para mudarse.
Pero después de descubrir la causa de la enfermedad de su hija, Amor García se unió a los padres activistas que exigen que el Distrito del Agua del valle de Coachella y otros organismos pongan en marcha un esfuerzo conjunto contra las enfermedades relacionadas con el lago Salton.
“Amor se ha comprometido a ser un agente de cambio para mejorar la salud” de todos los residentes de Salton City, afirma Anna Lisa Vargas, defensora de la justicia medioambiental del Communities for a New California Education Fund.
En la reunión de 2019, la CARB escuchó los comentarios del público en relación con el proyecto de ley (AB) 617, que creó el Programa de Protección del Aire de la Comunidad de California, o CAPP.
En esa audiencia, García se hizo eco de su hija y suplicó a la CARB que aliviara la pesadilla del aire de Salton City. Tras escucharlas, junto a otros oradores, el CARB añadió la zona este del valle de Coachella al programa. Como resultado, las autoridades locales están desarrollando estrategias de mitigación para ayudar a mejorar la calidad del aire en la región, incluyendo la cuenca de aire del lago Salton.
Además de los esfuerzos impulsados por el proyecto de ley (AB) 617, del que es coautor el asambleísta Eduardo García (demócrata de Coachella), las agencias federales también se han comprometido a ayudar a limpiar el lago Salton.
Ana y Amor García ayudaron a su comunidad a aspirar a un futuro con mejores aires, todo porque una joven decidió hablar y hacerse oír.