por Hatzune Aguilar Sánchez
NUESTRA VOZ
A partir de las elecciones de 2022, la comisión independiente de redistribución de distritos de California adoptó los distritos congresionales y legislativos definitivos para la próxima década. Cuando oiga hablar de un distrito de mayoría latina en California, piense en el poder de las latinas. ¿Por qué? Porque las votantes latinas superan sistemáticamente a sus homólogos masculinos en la votación. Por lo tanto, sustituya la mayoría latina por el poder de voto de las latinas así:
– 22 de los 80 nuevos distritos de la Asamblea estatal y 10 de los 40 distritos del Senado estatal tienen una mayoría de población de poder de voto de latinas.
– California aprobó un nuevo mapa congresional con seis distritos más con poder de voto de mujeres latinas. Dieciséis de los 52 distritos congresionales totales de California son distritos con un bloque de poder de voto de mujeres latinas.
– En el último recuento del censo de 2020, la población latina de California constituyó el mayor grupo racial o étnico por primera vez; casi el 40% de los residentes, o sea, más de 15 millones de personas, se identificaron como latinos. Y según las estimaciones del Departamento de Finanzas de California, para 2060, esa población crecerá hasta representar la mitad de todos los californianos.
NUESTRA ELECCIÓN
Cuando analizamos esas estadísticas a profundidad, podemos ver que no son solo los votantes latinos los que decidirán la dirección de nuestro futuro, sino, de nuevo, específicamente las mujeres latinas.
En nuestro trabajo de Communities for a New California, nuestros encuestadores y telefonistas de campañas piden hablar con la persona que toma las decisiones en el hogar. Cuando hacemos esa petición, somos muy conscientes de que la mayoría de las veces es la mujer latina la que atenderá esa llamada o visita porque es la que toma las decisiones finales del hogar, la que se asegurará de que se complete el cuestionario del censo, de que se agenden las citas para las vacunas, de que se complete la papeleta de voto y de que se decida si los niños de la familia vuelven a la escuela y cuándo. Pueden tomar las decisiones en colaboración con otros, pero tienen peso en sus familias y redes personales.
Los valles de Coachella y San Joaquín son el hogar de una base de votantes latinas cada vez mayor que están viviendo a nivel personal una crisis de la vivienda que está sacando a sus familias fuera de sus hogares, y también están sufriendo la crisis del cambio climático que redunda en agua potable tóxica y problemas de salud generalizados resultantes de los incendios forestales, la sequía y el uso de pesticidas cerca de nuestros hogares.
La lección general es que cualquiera que quiera liderar en California debe hacerlo con el apoyo de las votantes latinas. Como las votantes latinas y sus familias están más familiarizadas con las consecuencias cotidianas de la crisis del cambio climático, la asequibilidad de la vivienda y las oportunidades económicas, son ellas las que exigirán a sus líderes electos que se hagan responsables de proporcionar soluciones reales. Los funcionarios elegidos o designados que se nieguen a abordar estas cuestiones, lo hacen en su propio detrimento.
Actualmente, California como estado y todas las regiones de California están dirigidas por una mayoría masculina. En el valle Central y el valle de Coachella, una mayoría conservadora de la junta de supervisores del condado ignora las cuestiones que preocupan visceralmente a las votantes latinas. Como votantes latinas, solo nos falta una chispa para levantarnos y seguir impulsando nuestra esfera de influencia fuera de nuestras redes personales hacia el liderazgo político en nombre de nuestros pueblos, ciudades, condados y más allá.
Como la redistribución de distritos ha creado oportunidades para que las familias y los vecinos elijan a representantes para defender sus intereses, veremos cómo un mayor número de mujeres aprovecha esa oportunidad y la utiliza.
NUESTRA CALIFORNIA
¿Qué sigue? Debemos comprometernos a escuchar y actuar en función de las prioridades de las mujeres latinas y de las mujeres en su conjunto. No necesitamos que nadie nos eduque sobre POR QUÉ es importante nuestro liderazgo o QUÉ está en juego. En cambio, tenemos que estar preparadas con una inversión financiera y recursos de campaña equivalentes a los que obtienen nuestros homólogos masculinos en los centros urbanos.
Es hora de invertir en el valle Central y el valle de Coachella más allá del habitual ciclo electoral o de la política de ojo por ojo. Ya es hora de que el camino hacia el futuro de California se centre en las prioridades de las mujeres latinas y de las mujeres en su conjunto, porque somos la chispa que lidera los caminos hacia un futuro mejor: ¡LÚCETE!
Hatzune Aguilar Sánchez es directora de Compromiso Estratégico de Communities for a New California Education Fund. Para saber más sobre lo que hace el CNC por las comunidades y cómo puede participar, visite www.cncedfund.org.