POR ALLEN PIERLEONI
Los estudiantes universitarios están encontrando nuevas formas de conectarse con los vecinos en comunidades difíciles de contar
Hacer contacto personal con vecinos en comunidades difíciles de contar es la forma más básica de divulgación del Censo, y probablemente la más exigente.
Tocar esas puertas presenta desafíos únicos para los enumeradores, pero Reyes Uviedo y su equipo han ideado estrategias creativas a medida que se abren camino a través de los tramos del Censo en el Valle de San Joaquín.
Uviedo es el gerente de la organización sin fines de lucro Central Valley Partnership y director del Programa de Divulgación del Censo de dicha organización. Supervisa un equipo de 24 estudiantes universitarios que trabajan a tiempo parcial.
“Nos aseguramos de que nuestros estudiantes entiendan qué es el Censo y su importancia, así, cuando llegan a una puerta, llevan convicción y persistencia en su narrativa”, dice Uviedo. “Son capaces de convencer a nuestros vecinos más dudosos”.
Uviedo y su equipo recientemente estuvieron en las ciudades vecinas Traver y London del condado de Tulare, donde no hay banquetas, sino un montón de perros, con casas cerradas detrás de vallas y grandes puertas, dice.
“Es realmente difícil llegar a esas personas debido a las barreras físicas”, dice Uviedo. “La mayoría de mis estudiantes llevan megáfonos y se paran fuera de las puertas y gritan: ‘¡Salga, necesita ayuda con su Censo?!’”.
Una vez que llegan a la puerta principal, los estudiantes crean confianza al explicar que vienen en representación de una organización comunitaria sin fines de lucro y no del gobierno federal, dice Uviedo. “Les decimos: ‘No somos el Censo. Estamos aquí para ayudarle a completar el formulario del Censo’”.
Otra herramienta útil es explicar a los residentes que por cada persona contada en su comunidad, se recibirán 20 mil dólares en recursos durante los próximos 10 años.
“Cuando acudimos a vecinos que son renuentes, les decimos: ‘¿Va a permitir que el Censo o alguna ciudad vecina se quede con los fondos que corresponderían a su comunidad?’ En este caso, el dinero es un buen incentivo”.
A pesar de los desafíos, Uviedo sigue siendo optimista. “COVID golpeó duro a estas comunidades y estamos luchando contra viento y marea, pero estamos avanzando”, dice. “Si las organizaciones sin fines de lucro como la nuestra no estuvieran llamando a las puertas, podríamos estar en una situación mucho peor”.