
Una veterana operadora del 911 dirige una organización que ayuda a los más vulnerables antes, durante y después de las catástrofes.
por M.S. Enkoji
Durante sus casi dos décadas atendiendo llamadas al 911 en el condado de Sonoma, Alma Bowen se dio cuenta de algo: ciertos grupos de población se enfrentaban a mayores retos durante emergencias y catástrofes.
“Pude identificar desventajas crónicas en la comunidad”, dice.
Dejó su trabajo de despachante en 2018 para lanzar Nuestra Comunidad con su esposo para proporcionar un vínculo entre esas poblaciones vulnerables y la preparación para desastres. Desde entonces, la organización sin fines de lucro del condado de Sonoma ha educado a miles de personas cada año. Aunque no se dirige exclusivamente a los latinos (que representan el 30% de la población del condado según las estimaciones del Censo de EE. UU. de 2024), Nuestra Comunidad responde a obstáculos específicos de esa población, como los trabajadores agrícolas que pueden desconfiar del 911.
“Cuando (la gente) ve que hablamos español, se siente más cómoda. Solo queremos prepararte; no queremos darte más miedo”.
Carmen Lara, Responsable de Participación Comunitaria y Divulgación, Nuestra Comunidad
“Cuando ven que hablamos español, se sienten más cómodos”, dice Carmen Lara, responsable de Participación Comunitaria y Divulgación de Nuestra Comunidad. “Solo queremos prepararte; no queremos darte más miedo”. Lara, que está casada con un trabajador agrícola, irá a los viñedos para dar información sobre dónde encontrar refugio, comida y ayuda durante una catástrofe.
El condado de Sonoma es propenso a los incendios forestales y está sobre varias fallas geológicas, entre ellas la de San Andrés, lo que aumenta la posibilidad de sufrir sismos. Algunas de las zonas más pobladas del condado se encuentran en terrenos “licuados”, lo que significa que pueden perder fuerza más fácilmente durante un sismo. Recordar a los residentes que deben agacharse, cubrirse y agarrarse durante un terremoto es clave para mantener a salvo a la comunidad del norte de la bahía.
Durante eventos de presentación, Nuestra Comunidad distribuye guías preparadas en varios idiomas. Los talleres sobre catástrofes que se dan en la sede de la organización en Windsor ofrecen información para salvar vidas a iglesias, centros de trabajo, clubes de lectura, en resumen, a cualquier organización dispuesta a participar. El grupo capacitó a 80 estudiantes de secundaria locales, que a su vez capacitaron a otros 800.
Nuestra Comunidad acudirá a complejos de viviendas sociales para realizar talleres, e incluso a trabajadores agrícolas en el campo. “Les damos la mejor oportunidad de sobrevivir y recuperarse”, dice Bowen.
Además de comprender el papel del 911, los participantes aprenden que en una emergencia, como el derrumbe de un edificio, intervienen los equipos de primera respuesta locales, pero en una catástrofe se producen daños generalizados que podrían dejar a la gente sola en busca de la primera ayuda. Aprenden en qué zona de evacuación se encuentran, cómo utilizar la línea directa de recursos 211 y la importancia de planificar para sus familias.
Los participantes que terminen la presentación, que dura una hora, recibirán una bolsa de evacuación. Las bolsas, aprobadas por la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias, contienen alimentos y agua para tres días y un silbato. Los trabajadores agrícolas, que podrían quedar atrapados a la intemperie, tendrán al menos esos elementos necesarios, dice Bowen.
Lo que empezó como un recurso de preparación para catástrofes se está ramificando, dice Bowen. Con cinco empleados, Nuestra Comunidad se ha ampliado para ofrecer información sobre recursos de salud física y mental, un esfuerzo que Bowen señala que está relacionado con la respuesta al desastre: “La resiliencia es importante”, afirma.
Bowen cree que los 20 años que atendió llamadas al 911 para el condado refuerzan su relación con los equipos de primera respuesta. “Creo que estamos en una posición única para hacer este trabajo”, afirma.
Para obtener más información sobre Nuestra Comunidad, visite nc707.org.
Agáchese, cúbrase y resista.
- Identifique los peligros móviles como espejos, estanterías, calentadores de agua y refrigeradores.
- Asegúrelos con correas, ganchos o pasadores.
- Mantenga los objetos pesados o grandes alejados de las vías de evacuación, camas y sofás.
- Baje donde esté para apoyarse sobre sus manos y rodillas.
- Cúbrase la cabeza y el cuello y arrástrese hasta un espacio protegido o una pared interior.
- Si está en el exterior, permanezca en espacios abiertos y alejado de edificios, líneas eléctricas y árboles.
- Resista hasta que deje de temblar.
Para obtener más información sobre cómo prepararse y mantenerse a salvo durante y después de sismos y otras emergencias, visite www.listoscalifornia.org.